Una araña situada en el centro de su tela orbicular. Hasta aquí, nada fuera de lo normal. Lo que despierta mi curiosidad, y el dedo en el disparador de mi cámara, no es la araña, sino su tela. tengo que girar la cabeza a ambos lados para tratar de determinar, que no ver, donde está anclada. Situada sobre el cauce de un río, la sensación es extraña. Es como si fuese el centro de un muro casi invisible que se extiende en un espacio abierto. ¿Pero dónde está sujeta? Miro a uno y otro lado, entornando los ojos para afinar más la vista y veo el brillo de uno, dos, ahora tres hilos de seda que se sostienen como tirolinas a ninguna parte.
Ya en casa, pido opiniones para identificar con una única fotografía a esta especie que mi intuición dice que es "especial". El año 2009 fue la fecha en la que se describe a una de las especies de arañas que construye la tela orbicular más grande que se conoce, de hasta 2.8 m², y que puede tener sus puntos de anclaje a la friolera de 25 m de distancia. No sólo eso, su seda es el material biológico más tenaz jamás estudiado y que la araña ha de estar tensando permanentemente debido a las fuerzas que soporta esa red suspendida en el vacío.
Araña de corteza de Darwin (Caerostris darwini).
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