“No entiendo por qué el cuerpo hay que ocultarlo”. La Crónica de León

“No entiendo por qué el cuerpo hay que ocultarlo”

El leonés Pedro Víctor Albaladejo expone en el Varsovia

L. Castellanos. León. Miércoles, 12 de octubre de 2011.

Pedro Víctor Albaladejo es biólogo y fotógrafo. Los dos oficios se funden en este leonés de 35 años que, con la mochila a cuestas, se ha recorrido medio mundo dominado por la necesidad de dejarse asombrar por el entorno natural. Ha estado en Nueva Zelanda, En el Amazonas, en Marruecos... Y en todos esos lugares ha echado su particular mirada y depositado su objetivo. Una selección de su obra, cuarenta y dos fotografías –repartidas en dos partes: ‘Horizontes derramados’, centrada en espacios naturales; y ‘Detrás de la mirada’, donde da cuenta de su otra gran especialidad: el desnudo-, se puede ver estos días en el Café Varsovia de León (hasta el próximo día 31), parte de la cual se trasladará, la correspondiente a los desnudos, al Vox Pópuli, en La Palomera. “No sé si lo que hago es arte o no. Sólo sé que me gusta”, comenta Albaladejo a propósito de una afición que ha devenido en devoción. “No tengo ni idea de qué es arte. Sólo trato de plasmar algo de mí en esas fotografías”.

“Conocer es querer. Yo hago fotos para compartirlas”. No pretende exclusividad Pedro Víctor y así ha quedado demostrado a lo largo de las exposiciones que ha ido repartiendo por diferentes locales a lo largo de los últimos años. Empezó retratando paisajes naturales para luego, “como una forma de evolución natural”, derivar hacia el desnudo. “Mi vocación por la fotografía me ha acabado llevando por ahí”.

Ejerce de mochilero y sueña con poder dedicar una exposición a ecosistemas extremos. Le han impresionado sobremanera los glaciares de Nueva Zelanda y el Amazonas –“quedé abslutamente fascinado cuando vi ese gran mar verde desde el avión”- y sus viajes le han permitido adentrarse en todo tipo de culturas. “Lástima que no viaje todo lo que quisiera”. Define sus desplazamientos por el mundo como “turismo orientado” y los afronta fundamentalmente para colmar esa necesidad de saborear el medio natural.

El desnudo humano constituye otra de las porciones de su trabajo artístico. Ha fotografiado más mujeres que hombres, “son más tímidos”, a partir de una premisa: “me revelo contra esa idea de que el cuerpo hay que esconderlo, no entiendo por qué”. “Foografiar desnudos supone el resultado del diálogo que se establece entre el fotógrafo y el modelo, de la relación que se establece entre ambos”, ha comentado acerca del proceso creativo que mantiene. “Para mí siempre ha sido una responsabilidad hacerlos. Necesito que la gente se sienta cómoda, a gusto”. La mayor parte de estos retratos están realizados en León, con modelos de León. “Se trata de crear un clima de confianza previo, que haya un feeling especial. Yo hablo mucho con el modelo para que se sienta a gusto. Los dos creamos”.

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