Todos los que me conocen saben que me gusta jugar con las palabras. Obviamente, este baobab (Adansonia digitata) no sufre la enfermedad provocada por filarias que da título a la fotografía, pero lo que provoca en personas esta infección hace que las extremidades se hinchen y deformen como el grueso tronco de este árbol, pareciendo las patas de un elefante. Si, además, digo que las cicatrices en el tronco de este ejemplar las han provocado precisamente los elefantes africanos de sabana (Loxodonta africana) de la zona, el círculo del juego de palabras queda completo.
Savuti, Botswana
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